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Urge un cambio en el sistema de Dirección

Urge un cambio en el sistema de Dirección

URGE UN CAMBIO EN EL SISTEMA DE DIRECCIÓN

La docencia debe ser considerada de forma más responsable por aquellos que tienen en sus manos los mecanismos de decisión política. Se necesitan medidas urgentes, puntuales y con sentido de futuro, es decir, atrevidas, en diversos sectores del sistema educativo público porque de lo contrario los resultados educativos futuros se encontrarán hipotecados para unas cuantas generaciones.

 La inercia y la parálisis están ampliamente instaladas en el sistema. Los síntomas que se detectan en diversos ámbitos son de fácil comprobación: 

Ø      Falta autoridad en los centros.

Ø      No llega la autonomía verdadera en la gestión.

Ø      Los medios económicos hace tiempo que están desfasados.

Ø      Se afrontan traspasos de competencias a las comunidades con agravios de homologación clamorosos

.Ø      No se retribuye la función docente con equidad.

Ø      Las reformas que necesita la LOGSE no se afrontan con diligencia.

Ø      Prima el fin político por encima del fin educativo.

Ø      La enseñanza pública se encuentra en un trance de competencia desleal y paulatinamente desarbolada.

Ø      No se afronta un estudio del perfil de la Dirección escolar.  Podemos comprobar que la enseñanza no se encuentra en su mejor momento y lo más preocupante es que no se afrontan las soluciones que todo el mundo sabe por una serie de condicionantes políticos. Todavía se actúa con temor a herir  a ciertos sectores que han intervenido en el desarrollo legislativo y no con mucho éxito por cierto.

             Naturalmente se olvidan todos que si buscamos la máxima eficacia en beneficio del sujeto de la enseñanza que es el alumnos, se debe profesionalizar al máximo todo lo que tenga síntomas de estar relacionado con la docencia.            Entrevistada una madre israelí se mostraba orgullosa de que su gobierno mimara la educación de sus hijos. Este es el objetivo que nos guía en todas las sugerencia que ofrecemos a continuación desde un punto de vista de experiencia y práctica profesional.

 q       La carrera docente debe ofrecer la posibilidad de conseguir un tipo de perfil docente licenciado universitario, capacitado para realizar una serie de funciones relacionadas con la docencia, la gestión y la supervisión.

q       En este sentido  la Dirección de los centros educativos tiene que tener un desarrollo profesional impecable y eficaz. Debe contar con una formación adecuada, reconocimiento de su autoridad, profesionalización, modo de acceso definido, autonomía responsable, retribución digna, actividad docente y evaluación de su trabajo. Trataremos de realizar un desarrollo somero de estos aspectos a continuación. 

1.- Formación.- 

Los docentes deben tener su formación en la Universidad y seguir realizando en sus dependencias  cursos, seminarios y encuentros periódicos para todos los niveles de la enseñanza.

 El sistema directivo debe ser un escalón más de la carrera docente y administrativa y contar con los mejores profesionales que reunan las condiciones para coordinar los aspectos de gestión con los pedagógicos y las relaciones públicas. 

En definitiva, es necesaria la promoción de gestores diligentes y eficaces y eso no se logra con el sistema actual en que la elección se produce como un compromiso interesado  entre diversos sectores de la comunidad educativa o la designación obligada de la propia Administración. Así muchos valiosos profesionales renuncian a la presentación de candidaturas ante la responsabilidad devaluada que les viene encima.

             2.- Autoridad.- 

            Un cargo directivo debe estar revestido del ejercicio de una autoridad formal, legal, administrativa, moral y democrática que sea reconocida por todos y que revista el cargo de un auténtico prestigio.

             Lo esperpéntico es lo que sucede ahora y las consecuencia nefastas a la vista están.             En la actualidad, desde un padre  a cualquier persona o el sindicalista de turno, revestidos de un sentido patrimonialista  considera ejercer de patrono del profesorado, ejerciendo una presión moral y una invasión de competencias profesionales ridícula y vejatoria.             Al Director actual le pueden colgar todos los sambenitos, es encausado por todo y responsable , y en el momento de tomar una decisión debe consultar todo el entramado legal, contar con el bosque de comisiones y órganos colegiados y asociaciones de turno instaladas en el colegio, apretarse bien los machos y tomar la decisión.              La autoridad del Director debe ejercerse en todos los caos con celeridad y discernimiento, ajustada a la legalidad vigente y sometida a la evaluación correspondiente, contando con todos los asesoramientos posibles antes de la toma de decisiones, Así los colegios verían su gestión agilizada.                       

  3.- Acceso.-  

            La Dirección debe constituir una forma de promoción, integrada en la carrera docente y administrativa.

             Nuestra profesión sufre las consecuencias de una falta de promoción insultante.             Así surgen todos los problemas inmovilistas y conformistas ya que no existen perspectivas profesionales.             El Director debe proceder del seno de la profesión docente por medio de un concurso – oposición responsable y sin matices extraños.             Por supuesto, esto no se debe interpretar como una vuelta a pasados modelos; lo que propugnamos aquí no tiene nada que ver con aquello.             

4.- Actividad docente y evaluación.- 

            El docente que acceda al sistema directivo deberá estar sometido a dos imperativos básicos:

             a.- Actividad docente 

            El Director no debe perder el contacto con los alumnos/as y por lo tanto debe ejercer la docencia. Creemos que es importante para su éxito organizativo.

             Debe contar para ello con los apoyos administrativos adecuados con el fin de que no se transforme en un administrativo que es lo que ocurre actualmente en la mayoría de los Colegios.            

b.- Evaluación 

            Debe ser objetiva, formativa, interna y externa y realizada por los organismos competentes y resultados públicos y debatidos. Deberán intervenir todos los sectores de la comunidad educativa.

             Este será el mecanismo que corregirá las negligencias, errores, abusos de poder, posibles conflictos e incluso el propio perfil del docente para el cargo, tanto en su aspecto positivo como negativo.  Si por un momento recapitularamos, se conseguiría: 

v     Un marco profesional eficaz y moderno.

v     Estímulo promocional y profesional.ñ

v     Más autonomía en los colegios.

v     Importante prestigio social de todo el profesorado.

v     Dinamismo en la toma de decisiones.

v     La gestión de los centros se encontraría ante una evolución de consecuencias positivas e insospechadas.  Terminaremos afirmando que lo expuesto está en la conciencia de todos los que amamos la enseñanza y que se manifiesta en círculos muy cerrados asombrados ante el consenso absurdo entre APAS, Sindicatos y políticos de todas las tendencias que impiden las reformas que en cada momento se deben tomar. Si los alumnos/as actuales supieran lo que les reserva el destino de una falta de decisión en la resolución de sus problemas futuros, muchos adultos tendrían que tomar las de Villadiego-. Si los que se dedican a administrar pensaran más en los niños y niñas y no en las consecuencias  para sus estadísticas electorales de una toma de decisiones , sería más fácil terminar con situaciones arcaicas , absuirdas e interesadas. Esta dinámica nos llenaría de felicidad burocrática.                                            

                                                                                                           Alvamar  

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