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La vendimia

La vendimia

Todas estas actividades que trato de plasmar recordando las imágenes de mi infancia y adolescencia resurgen con nostalgia.

Son tan antiguas como el propio ser humano e iban con él siempre. Ya se sabe lo que trae la innovación y el falso progresismo. Sólo nos queda el recuerdo, el buen recuerdo.

Pero, en fin, tratemos de superarnos, al menos, recordando aquellos tiempos.

Se madrugaba y, después de preparar los carros con sus respectivas yuntas de bueyes, iban casi todos hacia la faena, o sea, a las viñas,  con el fin de comenzar antes que el sol cayera sobre todos con verdadera fuerza.

Allí, cubiertos con sombrero de paja y pañuelo al cuello, provistos de las oportunas cortadoras, cuchillos o tijeras, comenzaban a llenarse los cestos. La uva estaba en óptimas condiciones para ser recogida y cestos y cestos se echaban a los carros que realizaban contínuos viajes hacia los lagares.

Allí se iban pisando y prensando saliendo los primeros caldos o mostos, para después llenar las cubas con el fin de que se fuera  fermentando todo.

Se utilizaba la medida de la cántara( 16 litros ) y la arroba ( 11,5 kilos ). Los amos podían alquilar sus tierras a los aparceros que se encargaban de todo.

Después de haber obtenido el vino se conservaba en bodegas en los bajos de las casas o bien en bodegas - cuevas. Se colocaba el líquido de Baco en pellejos, botas de cuero o cubas de madera.

Se oían canciones, se detenía la gente a la hora de la comida repartiendo el condumio que se le suministraba de las casas, se contaban anécdotas, chistes, historias. Y otra vez a la faena hasta que se terminaba el trabajo o bien se volvía al siguiente día,  antes de que cayeran las primeras lluvias que podían deteriorar el producto.

La vendimia era un acto de reunión y trabajo para las familias de los pueblos y una fuente de ahorro e ingresos notable para las economías.

¡ Qué tiempos aquellos!

10-X-2008

Alvamar

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