Revuelta juvenil

Revuelta juvenil

 

Recientemente “las gentes adormecidas” por los medios informativos como correa de transmisión del poder  se han sorprendido por la virulencia de las revueltas de jóvenes en Grecia.

La muerte de un joven en el barrio ateniense de Exarchia alimentó todavía más el fenómeno del 69 en el 2008, casi 2009.

Casi nadie se ha planteado las causas por las que estos jóvenes pueden manifestar su rebeldía a la que no son ajenos tampoco ellos.

Una sociedad permisiva, sin valores o con ellos en mínimos que nunca se había conocido.

Sociedad del bienestar a cargo del esfuerzo de muchos pero también con “una bolsa” de seres humanos que viven del “aire”, de las reivindicaciones, a veces, sin mucha razón, y en la que ciertos animales gozan de más derechos que los propios seres humanos.

Una juventud que se acostumbra a vivir a cargo de sus progenitores y que no vive pensando en su futuro.

Todo lo paga el estado o los padres.

Cuando llegan las crisis, surgen las regulaciones de empleo, los problemas económicos en general o bien ya los padres no pueden ni con la risa y son Además arrinconados como muebles viejos, la demografía baja, el paro aumenta y los empleos se van a países de bajos costos para las empresas .disminuyendo los ingresos de la máquina recaudadora del estado, surgen los problemas en su extrema virulencia, sobre todo en los barrios obreros de las ciudades, surgiendo las reivindicaciones a las que se suman las masas de emigrantes que se encuentran enquistadas en una sociedad hedonista.

Hay que añadir que el sistema educativo no ofrece grandes posibilidades porque es un fracaso total y se muestra sólo con resultados positivos en las áreas de la educación privada en que los padres con posibilidades económicas se pueden permitir el lujo de soslayar el sistema oficial que es un desastre total.

Cuando un joven ha llevado un tren de vida como están acostumbrados aquí, a vivir a costa de los padres, con fines de semana sin límite de juerga y de placer, con escaso rendimiento académico y unas retribuciones económicas en los primeros trabajos que son una miseria, se da cuenta que el bofetón social que se le da es inmenso.

No digamos cuando quiere acceder a una vivienda.

La familia era el colchón que protegía al propio Estado de la insatisfacción juvenil.

Como agradecimiento el propio Estado se ha encargado de destruir el núcleo familiar con un nulo apoyo económico y ahora los jóvenes no tienen ese colchón protector porque las familias están exhaustas y famélicas también.

Así que ahora estos políticos corruptos y sin alma se enfrentan a su propia medicina.

El modelo mediterráneo de los pueblos del sur, distinto al modelo anglosajón, se enfrenta a una revuelta de dimensiones imprevisibles que ha comenzado en Grecia pero que se puede extender como los fuegos incontrolados por toda Europa.

16-XII-2008

Criticus