¿Hacia dónde vamos?

Llevamos cierto tiempo, demasiado tiempo, sufriendo actitudes y hechos que denotan claramente que se está intentando cambiar el régimen político y la sociedad en general.

La confusión entre los diversos poderes que configuran el estado, el ataque al partido de la oposición para que desaparezca o tenga una implantación mínima, la implantación de materias educativas que lleven aparejadas un adoctrinamiento de los jóvenes, educación en general bastante devaluada, veleidades independentistas, ataques a las instituciones más altas del estado y un sin fín de cuestiones en las que aparece un gobierno débil o quizás contemporizador para que aquellas directrices que dimanan de algo superior puedan cumplir sus objetivos.

A veces, es demasiado tiempo, cuatro años, el período de ocupación de La Moncloa cuando el gobierno es ineficaz y mentiroso, como es el caso que nos ocupa en la actualidad.

Lo nocivo de este asunto es que se está gobernado de una forma tan desviada que el gobierno que entre tendrá muy difícil la restauración de todo aquello que se ha puesto patas arriba.

Mientras tanto, la máxima autoridad de la nación, el Jefe del Estado, sin pronunciar una palabra ante hechos tan importantes como el no cumplimiento de las Leyes por aquellos que deben hacerlo ya que han jurado la Constitución,la persecución de los católicos, la invasión del país por emigrantes incontrolados,el desmantelamiento de las estructuras de la nación,el adoctrinamiento, el fanatismo y el deterioro de una democracia joven que se adentra en la madurez de una forma peligrosa poruqe se están desenterrando antiguos demonios que vienen de un enfrentamiento entre españoles.

Preguntamos.  Si las personas que tienen el deber de intervenir ante la nación por cuestiones graves, ¿ para qué tienen esas responsabilidades?

Octubre 2007

Alvamar