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Bierzo

Un mundo insensible

Un mundo insensible Un mundo insensible “Hay que subir la montaña como viejo para llegar como joven” ( Proverbio chino)  Desde mi perspectiva de persona que ha cumplido un ciclo profesional y ha ingresado en el club de los sesenta, es decir, ha comenzado a ejercer la profesión de jubilado, considero que la sociedad no cumple suficientemente con las personas que le han dado todo lo que saben. La sociedad está gestionada por una clase política que  prefiere los fastos a las realizaciones de bienestar que suponen siempre una actuación delicada hacia los ancianos que   han constituido parte importante de ella. En la antigua Grecia los jóvenes se levantaban de sus asientos en los juegos olímpicos y en la celebraciones para dejar sitio a los ancianos que acudían a los espectáculos porque sentían veneración y reconocimiento  hacia aquellos que les habían dado la vida y que les enseñaban constantemente los misterios de la ciencia y de las materias más complicadas para su vida de artesanos, de oficios diversos, de estudios y de humanistas. Era como un acto de reconocimiento ante tantos sacrificios y sinsabores que lleva siempre el arte de la docencia y más cuando se es padre. ... "Bellísimos son los años en que el sosiego de la edad
invade el alma, para entregar a los hijos y a los nietos
la experiencia transformada en comprensión" ...
..."Después de dar años a la vida
es necesario dar vida a los años"...
 Actualmente las personas mayores tratan de seguir siendo útiles a la sociedad porque así lo sienten. -1-Realizan múltiples actividades de acuerdo con sus cualidades y facultades. Creemos que la administración no encauza adecuadamente estas fuerzas de la experiencia que bien le podrían reportar economías y asesoramientos importantes en la realización de múltiples tareas.  J. Schrof, especialista en el tema, demuestra que las facultades no se pierden, sino que se transforman cuando el cerebro envejece. Algunos tratan a la vejez como una enfermedad. Las conclusiones a que llegaron investigadores de la Universidad de Harvard después de realizar algunos estudios es que la mayoría de las personas conservan intactas sus facultades mentales por lo menos hasta los 70 años y un 30% llegan sin ningún problema a los ochenta y noventa años.

Se cree que es de gran influencia para que la persona se conserve lúcida el tener una preparación académica y llevar una vida productiva con diferentes intereses y pasatiempos, entre otras cosas.

Por el contrario, quienes tienen una vida sedentaria o quienes no tienen metas por las cuales luchar, muestran un deterioro prematuro de su inteligencia.

He ahí que podemos encontrar que hay personas viejas antes de haber cumplido los cincuenta años.

-2-  Es recomendable que la persona mayor trate de mantenerse al día en su ocupación, profesión, actividades o deporte que practique, pues además de tener la capacidad para hacerlo esto le ayudará a mantenerse lúcido. Los estudios realizados por la universidad de Boston demuestran que los canales de la comunicación en la memoria se van atrofiando pero que los datos permanecen almacenados, por lo que los ancianos pueden seguir siendo inteligentes aunque su velocidad de pensamiento sea menor. Por eso es importante que se aprendan oficios nuevos por aquello de “nunca es tarde si la dicha es buena”. Es decir, realizar nuevas experiencias. También hay que ayudar a tener una vida emocionalmente estable. El ejercicio mental y físico es necesario. En definitiva podemos afirmar que la sociedad actual está abocada a una indignidad y a su propio fracaso, ya lo estamos contemplando ; se deja de lado la “sabiduría” de los mayores y sigue tratando a la ancianidad como algo residual, al final de una etapa que se debe dejar sin una solución activa para que todos los datos acumulados en la conciencia universal se pierdan. Cuidemos a nuestros abuelos de forma esmerada y con cariño, escuchemos con atención sus orientaciones y sabias palabras y prestemos atención a sus necesidades con delicadeza y cariño. -3- La sociedad actual está necesitada de unas nuevas relaciones humanas, de un sentimiento que una a los seres y de que alguien diga algo sensato ante tanto despropósito que contemplamos. Platón decía: “ Envejezco aprendiendo cada día muchas cosas nuevas”. La realidad cotidiana hace un altar del consumo y la prisa por el disfrute del ocio y deja de lado a las personas que han dado todo por ella. Aprendamos con ellos, apoyemos el tiempo que les queda, obtengamos de ellos su sabiduría para no incurrir siempre en los mismos errores. Hagamos real lo que aforismo dice:  “ Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”. ( Ingmar Bermann)    
                                                                                                Alvamar
Publicado en la Revista del Casal de Ancianos de Premiá de Mar ( Barcelona)
     

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