Blogia
Bierzo

Construyamos el futuro

Construyamos el futuro

Construyamos el futuro

 

Asistimos diariamente a la ceremonia de la confusión y el despropósito. Hemos inaugurado un nuevo siglo, celebramos con grandes pompas el advenimiento del millenium con todo lo que supuso de teorías y explicaciones. Hicimos cábalas mil sobre el futuro y nadie se dio cuenta de una cuestión esencial y que es básica: el hombre es la medida de todas las cosas, diría que sigue siendo y que los escasos influyentes seres humanos que se dedican a gobernar el mundo no se han dado cuenta de un hecho fundamental que es el desarrollo de ese hombre en todas su facetas.

 

Estamos inmersos en un problema importante como es la futura guerra que se va a desarrollar en Irak. Todo el mundo habla de la guerra y por aburrimiento llevamos en guerra desde antes de las Navidades.

 

Anteriormente se desarrolló la guerra de Afganistán y no se nos ha dicho todavía cuáles fueron los resultados porque todos los perseguidos huyeron.

 

América Latina se debate en hallar su propia identidad sin   encontrar la fórmula que ponga a disposición de la mayoría el bienestar y la tranquilidad.

 

África es la muestra del subdesarrollo más palpable e indignante que debería sonrojar a todo hombre civilizado que se precie.

 

Europa da saltos atrás y adelante sin encontrar el rumbo que le haga tener su propia personalidad y dejándose llevar por la influencia del todo poderoso influyente  país norteamericano.

 

El FMI y el BM marcan las pautas económicas de pueblos enteros que dependen de sus créditos para seguir malviviendo y ser administrados por gobiernos corruptos títeres del todopoderoso vecino del norte.

 

Las economías están en manos de pocas fortunas mientras que cada vez es mayor el sector de bolsa de pobreza y extensos segmentos de clase media están desapareciendo sin que se mueva un dedo para que se detenga este baile infernal que está augurando algo más importante y serio de lo que algunos políticos alicortos no ven ni preveen porque se encuentran en su torre de marfil, aislados de la sociedad y recibiendo pingües beneficios por su silenciosa gestión de asentir a todo obedientemente ante el miedo de que se les tilde de poco democráticos y “poco patriotas” , por supuesto según la “teoría norteamericana.

 

Así, de esta suerte,  “señores feudales del siglo XX” se encastillan en sus posiciones rodeados por familias agradecidas que se plasman en sectores fundamentalistas del Islam, o bien en sectores fundamentalistas de otras confesiones religiosas, o en vulgares compradores de voluntades en las estructuras del estado originando una corrupción que ya no tiene color ni ideología, abriendo la marcha hacia la meta del “todo vale” y “ quien se queda con más es el mejor”.

 

Sí, es cierto , que  oímos discursos, leemos programas políticos de “nuevas vías”, promesas de todo tipo pero... una vez que las urnas se escrutan todo sigue igual o peor.

 

EE.UU. debería darse cuenta que a los pueblos hay que darles el desarrollo que merecen no el palo y la zanahoria a la que nos tiene acostumbrados. Debería de considerar que extender la educación por todos los países es el mejor modo de erradicar el terrorismo y las dictaduras, así como cualquier desviación de participación democrática que algún grupo o individuo desee implantar.

 

El mundo va a seguir evolucionando y de forma positiva aunque para ello tengamos que pasar por un período difícil que se asemeje a la evolución del Imperio Romano, del poder omnímodo, porque cuando se ejerce ese poder con prepotencia y sin tener en cuenta los valores humanos, al final se fragmenta y caeremos en una etapa de anarquía y donde se formará una inmensa batahola en la “granja de los animales políticos”.

 

Ni va a ser el fin de la historia ni el último hombre, como afirma Fukuyama, ni se va a crear el mundo único sin unas bases y coordenadas que desarrollen la esencia del propio hombre. El mundo globalizado está carente de gente con ideas que no sean las de obtener dinero fácil e inmediato para llevárselo a otro país mientras en el propio se adora la bandera y se canta el himno nacional ante el pueblo que se muere de hambre.

 

Si no se soluciona este asunto con finura e inteligencia asistiremos a una fragmentación de los poderes y pesos específicos de éstos en  el mundo conocido, habrá un divorcio definitivo del poder con el pueblo, la democracia habrá quedado herida de muerte, la educación seguirá en los niveles descendentes actuales y todo el mundo sufrirá las consecuencias de una época de transición y adaptación a la organización que emanará de los movimientos ciudadanos que tomarán cada vez más incremento y aportarán soluciones lúcidas y eficaces para que las estructuras del estado sirvan al pueblo y no se sirvan de ellas para la creación de fortunas de unos pocos.

 

El mundo va a cambiar, está cambiando y, a pesar de las dificultades notorias en las que nos vamos a ver inmersos, algunos seres humanos saldrán a la palestra social, como en todas las épocas, y con el aporte de fundamentos sólidos, honestos y eficaces, reconducirán el rumbo alocado que está tomando el mundo en la actualidad.

                                                                                              Alvamar

0 comentarios