Autonomías

He leído un artículo del profesor Eduardo Punset siempre clarividente en tantos aspectos y que trataré de sintetizar.

Dice Punset " el método científico está diciendo algo muy novedoso y sorprendente que debiera hacer cavilar a más de uno . Está diciendo , ni más ni menos que el desarrollo autonómico dentro del Estado tiene futuro en tanto en cuanto haya más ciudadanos que se sienten extremadamente satisfechos con la percepción que tienen de su país que los preocupados por las inversiones consumidas o las ofertas de países competidores".

Sigue diciendo Punset que " lo que nos está diciendo el análisis científico no es quién tiene razón o está equivocado: el Gobierno, la oposición o los nacionalistas. Lo que nos está diciendo es que deben ser más los que crean que la percepción que tienen de su país es fabulosa que quienes sólo piensan en las balanzas fiscales o en el atractivo alternativo de la independencia. Sin esa mayoría, sólo hay desconcierto, ruptura y alienación".

Nada más cierto que esta reflexión llena de racionalidad y que no siguen los actuales líderes políticos sólo atentos a sus ambiciones personales siempre revestidas de reivindicaciones absurdas que no tienen nada que ver con una causa común.

Pero sigamos a Punset que sigue manifestado que " otra enseñanza de la ciencia es constatar que la vida es el resultado de un equilibrio entre los impactos oxidantes y agresores, por una parte, y la capacidad regeneradora de las células, por otra. Cuando ganan los primeros , sucede la muerte".

Así sucede en las Instituciones que no se regeneran o que sólo miran a su propio ombligo contribuyendo a la debilidad del Estado.

Punset dice: " el equilibrio social, tanto o más que el equilibrio de la vida, es el resultado de disminuir los factores negativos y de aumentar los positivos. No basta con protegerse de los oxidantes que corroen; hace falta aumentar la capacidad regeneradora de las células  y crear entornos que la permitan e ilusionen".

Creo que es evidente que la sociedad española actual tiene más síntomas de la corrosión producida por una oxidación galopante de unos nacionalismos absurdos que de una regenaración celular tan necesitada desde hace bastante tiempo.

Los españoles siempre estamos enredando y liando nuestra propia existencia , con una enfermedad permanente de envidia y desunión, aunque aparentemos lo contrario cuando llegan ocasiones en que los institntos primitivos nos tocan la fibra.

Por eso sería interesante una profunda revolución educativa para que los asuntos se trataran de forma más racional y científica.

23-X-2008

Alvamar