Incongruencias

Asistimos en estos últimos días a una serie de noticias y decisiones que nos sorprenden.

Se trata de sacar a relucir hechos de la historia de España que removieron los cimientos de nuestra querida nación en un pasado cercano y que costaron miles de muertos.

El enfrentamiento fue entre hermanos y habitantes de la nación española.

Nadie va a detener este despropósito tremendo que invade la sociedad española y promovido por mentes demagógicas que no saben solucionar los problemas vitales de nuestra sociedad en un momento de cambio definitivo.

La periodista Blanca Torquemada en un reportaje aparecido en D7, de ABC, con fecha 21 de septiembre de 2008, pone de manifiesto cómo el pueblo del juez Garzón sufrió las consecuencias de la guerra civil española.

Un tío carnal del juez manifiesta “que nadie cuente conmigo ni con mi voto para remover fosas o rebuscar calaveras, huesos o anillos”.

En esta familia, como en casi todas, hubo personas que militaron en los dos bandos.

Las anécdotas se suceden en todas las familias y ya se había logrado que en el momento de la transición democrática que todo aquello quedara en los anales de la historia como ejemplo de algo que no debe producirse más.

La ambición, la demagogia y la incompetencia están logrando que se abran fosas y fosas, dejando al descubierto huesos y sobre todo rencores.

Los dos bandos tienen personas que pueden investigar y mostrar muchas barbaridades que se cometieron.

La cuerda se está tensando demasiado a nuestro juicio y puede que todas estas personas lleguen a lamentar tanto despropósito porque comienza a haber malestar, cansancio y lo que es peor, rencor.

¿Se imaginan a todos los españoles desenterrando muertos de tanta guerra civil que se ha desarrollado en nuestro territorio?

Espectáculo macabro y lamentable el de un pueblo que sigue sin aprender de los errores cometidos y que, de vez en cuando, desempolva todos los odios y los airea como banderas de enfrentamiento.

España se deshace en facciones, aumentan los parados, el gobierno se dedica a fastos de dudoso prestigio, la oposición sestea y la población ni se entera.

Las Instituciones se van a cubrir de gloria nuevamente.

¿Y que van a decir los historiadores de este período?

Pues sencillo: El pueblo español debatía en profundidad en programas rosas de TV sobre las bodas de condesas, toreros, peluqueras y se dejaba la vista en las fotos de bodas de una clase social venida a menos.

27-X-2008

Alvamar