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La excelencia de las minorías docentes

La excelencia de las minorías docentes

LA EXCELENCIA DE LAS MINORÍAS DOCENTES         

 Martín Ferrand  en un artículo publicado en la Revista “ La Clave”, titulado“ Vieja y nueva política” , dice: “ El tiempo y sus problemas, vuelven a exigir la excelencia de las minorías: la decadencia está ahí”. 

Pues bien, aquí estamos las minorías exponiendo nuestra opinión contrastada sobre algo grave que está ocurriendo en el ámbito docente. Algo que, por su trascendencia, importa mucho a la mayoría porque se juega el futuro de las generaciones venideras. Algo que, por lógico y racional, debería constituir la preocupación inmediata de la mayoría. Y no es así, porque esa conciencia social se encuentra adormecida principalmente en las familias. 

La escuela y la familia necesitan un revulsivo, una toma de conciencia unitaria que sirva de punto de partida de forma que se adopten las medidas necesarias para que se modifique lo que no funciona y permanezcan los aspectos positivos. 

Desde nuestra perspectiva de docente insistimos en la necesidad de abordar con urgencia varios puntos que no se abordan en las negociaciones porque se tratan otros  de más interés político. como el calendario escolar o las retribuciones y vacaciones escolares. De esta forma, las reformas estructurales, básicas y de fondo, no se afrontan con profesionalidad y urgencia y decisión necesarias, argumentando motivos de calendario, económicos o de oportunidad política coyuntural. Ya se sabe el fondo de votos que va de un sitio a otro según sople el viento adecuado a los intereses del momento. 

Los ministros y ministras se turnan; los equipos no son estables y todo permanece igual para que no se altere demasiado la paz social. Mientras tanto se instalan la violencia estudiantil en las aulas, la falta de autoridad del profesorado, el fracaso escolar, la extensión de los conciertos con la enseñanza privada y el síndrome de Bournot  en el profesorado. Comentaremos a continuación algunos aspectos interesantes sin solucionar.

 ·        El Estatuto del Profesorado es necesario que se apruebe de una vez por todas para regular la profesión docente. No se conoce en qué situación se encuentra ni cuándo verá la luz definitiva, así como su entrada en vigor.

·        La Carrera Docente, a pesar de muchas opiniones cualificadas a su favor, no termina de imponerse merced a intereses oscuros y decimonónicos que lo impiden.

·        Es necesaria una reestructuración de los estudios de los estudio de la carrera de los docentes, que coordine y unifique lo títulos de los profesionales desde Educación Infantil, Educación Secundaria y Bachillerato, con un punto de partida común en la Licenciatura Universitaria. Se terminaría la descoordinación que existe entre las diferentes Etapas y la profusión de denominaciones, así como desconocimiento didáctico y metodológico en determinados niveles.

·        Las Relaciones con las Instituciones deberían ser más fluidas y cercanas. Los docentes echamos en falta más proximidad, más apoyo, más calor, mayor defensa de los intereses profesionales ante tanto ataque frontal y devaluador de su tarea.

·        Urge una Organización Administrativa de los colegios más eficaz y con más medios.En una reunión con la Agencia de Protección de Datos se exigía a los equipos directivos y al Director como máximo responsable oficial de los Archivos del Centro, la cumplimentación de una exhaustiva normativa sobre la Ley Orgánica que rigen la protección de datos y advirtiendo con sanciones en el caso de denuncias.

·        Una vez más el Director es el que recibe y hace todo. ¿ Y quién ejecuta operativamente el trabajo? ¿ El Secretario del centro? No tiene ningún docente, dentro de sus funciones, realizar tareas administrativas. En la actualidad queda relegada su función docente y organizativa a favor de la burocracia que se está generando en los colegios.

·        La Responsabilidad Civil del profesorado y de los directivos no se aborda con la decisión pertinente y asistimos a un baile de sentencias judiciales, así como a diversos matices y grados de intervención de los responsables autonómicos de enseñanza, sin que tengan un criterio unificado y coordinado. De esta suerte, la escuela se encerrará cada vez más en sí misma, cuando debe ser todo lo contrario.

·        Los Conciertos Educativos que suscriben lo colegios privados son cada vez más numerosos y sin razones convincentes para ello.La sanidad y la educación en una nación que se precie como tal deben ser públicos, tener una calidad y un funcionamiento eficaces.Estamos asistiendo últimamente al espectáculo lamentable de suscribir conciertos a colegios próximos a centro públicos con instalaciones adecuadas y una contrastada calidad de enseñanza, así como alumnado suficiente. Esto sencillamente es inadmisible.La red pública responde a un manifiesto derecho de los ciudadanos para que reciban una enseñanza gratuita y de calidad. La Inspección necesita una potenciación y estímulo de sus funciones principales. Debe tener como fin primordial, sin perder de vista el controlador, la orientación y el asesoramiento, además de ser el dinamizador de la vida colegial junto con lo directivos. 

El Inspector debe coordinar ,orientar , informar y velar porque los equipos directivos cumplan la normativa y dispongan medidas de organización homogéneas en la zona o distrito. Además deben ser independientes de los grupos políticos de turno. 

El Profesorado debe ser tratado con mas delicadeza y esmero por parte de la Administración, tanto en sus reivindicaciones económicas como en las estrictamente profesionales..Su trabajo tutorial y de coordinación debe ser remunerado generosamente y reconocido.

La formación docente contínua tiene que organizarse en tiempos que no sean a partir de su jornada laboral.El desprecio y la desconsideración  hacia su trabajo no traen buenas consecuencias y sí la apatía y la inhibición. El voluntarismo ha dejado de existir.Además hay que abordar el problema del profesorado interino y su regulación e incorporación de grandes profesionales que ese encuentran en destinos eventuales. 

Por último, La Dirección y su reforma no se afronta con la decisión que requiere el momento.Muchas voces se alzan actualmente para exigir unos directivos debidamente formados y de cualificación.Creo que ha llegado el momento de exigir una dirección profesionalizada, responsable y con autonomía.Los argumentos en contra siempre se basan en épocas pretéritas y ya no son válidos, salvo para aquellos que les interese la vida contemplativa y mirarse al ombligo.       

He aquí, por tanto, un amplio espectro de asuntos que deben ser abordados  con urgencia para que no se haga realidad lo que se comenta muchas veces y que es lamentable en la sociedad actual: “la inteligencia no aspira al poder. Sabe que no está hecha para el poder”.                              2006                                                         Alvamar                                        

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