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Ambiente nacionalista

Ambiente nacionalista

Asistimos a la última parte del vodevil que se va a desarrollar en nuestra nación española.

La "nacionalitis" se ha afincado en lo más profundo del corazón del gobierno español, es decir, en la Moncloa.

Un señor que procede de lugares que se han caracterizado por realizar una obra histórica de unidad del territorio está provocando el mayor desastre social, económico y político que nunca creímos que íbamos a conocer.

Un personaje que sin ningún fuste político , ni formación teórica en ningún aspecto  ha accedido a un puesto de timonel y no sabe ni tan siquiera interpretar las cartas de navegación de la política nacional, conduciendo el barco al naufragio total en pocas jornadas.

No queremos ni siquiera adivinar lo que será otro mandato de cuatro años y los resultados que se pueden ofrecer.

Estamos ocupando ya puestos de ranking económico que hacen saltar las alarmas de aquellos que se preocupan de enterarse de lo que sucede en el mundo.

Estos aprendices de visionarios y brujos se basan esencialmente en algo que es grave: el pueblo permanece alejado de las decisiones políticas y los entendidos y responsables han dejado el barco al grumete. Los más siguen al grumete sólamente preocupados por abonar los plazos de todo tipo, el aperitivo y las vacaciones de Punta Cana. Todo lo que huele a política o preocupación social se asocia con derrotismo o con miradas que indican cierta alteración de la paz cotidiana.

Aunque suene mal o se interprete peor lo que sucede en España no se puede disociar de lo que está sucediendo en Cataluña.

El pueblo catalán no se da cuenta del inmenso embrollo en que les está metiendo un andaluz y un aragonés que desean ser más catalanes que los genuinos.

Este gobierno catalán que está implantando una serie de normas anticonstitucionales, con el arrinconamiento de los emblemas nacionales, la emisión en la Televisión Española de programas en catalán, la implantación del idioma catalán a golpe de multas y de exclusiones,la separación del pueblo de las urnas, los votos en blanco y la actuación de los radicales.

La falta de seriedad, la pusilanimidad y una especie de somnolencia total que invade a la sociedad catalana hace que los enanos políticos que conducen sus destinos saquen pecho y soliciten la independencia. Así serían personas importantes en un país arrasado por el separatismo, segregados del resto de España, perdiendo su mercado natural y constituyendo una irrelevancia total en el resto de Europa.

Me da la impresión que va siendo hora que el ciudadano vaya tomando nota de que algo se cierne sobre él y nada bueno por cierto.

Las industrias se van, los ejecutivos no desean ir a Cataluña para instalarse debido al tema incomprensible del idioma, los estudiantes se van a universidades donde se les ofrezca más libertad de elección, sin la opresión de la imposición del idioma .

Creo que pronto veremos acontecimientos sonrojantes si las fuerzas importantes de Cataluña no toman decisiones que corrijan la deriva nacionalista de esta región tan importante de España.

Y como siempre, repercutiendo en la marcha normal de España y en su historia, y no de forma agradable, desde luego.

Septiembre 2007

Alvamar

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