Educación a la deriva

España en educación se hunde en el fracaso de una Ley de Educación que se empeñan en mantener unos políticos de poco fuste a los que sólo les interesa el acto de meter la papeleta en la urna con el fin de renovar el poder.

Tienen que decirnos desde allende nuestras fronteras que ocupamos un puesto vergonzante entre las naciones desarrolladas debido a los resultados ridículos de nuestros estudiantes.

El Informe PISA 2006 realizado por la OCDE es esclarecedor y revela que la política educativa no ha sido la adecuada.

Como siempre, cuando hay un fracaso, la izquierda que lo ha originado, mira para otro lado y le echa la culpa a situaciones anteriores.

EL PSOE y su Ley de Educación, LOGSE, es el único culpable de esta situación rocambolesca.

Regiones españolas que se han acreditado por su óptima calidad educativa se ven relegadas a puestos sonrojantes, como es el caso del País Vasco y sobre todo Cataluña que se ha desplomado de forma alarmante a los últimos puestos.

España ya roza cotas de alarma total y se está equiparando a países emergentes.

 A la ministra sólo se le ocurre decir que el problema se encuentra en períodos anteriores.

El  Presidente dice que la culpa es de los padres y su bajo nivel de preparación sin darse cuenta que él es producto de esa LOGSE, así como todo su equipo que ni sabe leer, ni hablar, ni interpretar documentos y sí saben en cambio retorcer la historia y hacer fabulaciones interesadas.

Con lo interesante que resultaría oír decir a los responsables que sí, que bien, que ya se terminó ésto y que consensudamente vamos a realizar unas coordenadas de actuación educativa que destierren el constructivismo, la compensación, la igualación y la falta de autoridad, así como la actuación de los padres en las escuelas politizados hasta las cachas, mientras el profesorado ha quedado relegado a la ínfima consideración, depauperado, desprestigiado, ninguneado y puesto en una campana de aislamiento, inerme ante tanto despropósito.

Dejaríamos de oír la famosa cantinela de que todos somos iguales y de que hay que tener consideración con aquellos que van a incordiar a las aulas.

Ahí está el problema del asunto.

Un problema que parece dar  la razón a los que pensamos que tenemos políticos que no les interesa gobernar sobre un pueblo culto y preparado.

Sepan estos señores socialistas de ahora que ellos son un producto de esas leyes socialistas y que anteriormente la educación, salvando el marco político en que se desarrollaba, ofrecía más posibilidades a los muchachos y tenía más peso específico que ahora.

En este momento un alumno es el que está abrumado por el peso de la mochila, de los libros, de los horarios, de las clases extraescolares, de las estancias los fines de semana en los colegios, en los clubs deportivos y por el mimo y la blandenguería con que se le trata.

Todos quieren estudiar en la Universidad y ésta se halla invadida por el desprestigio y el bajo nivel, ya que algunos universitarios cometen faltas de ortografía de forma abrumadora y con falta de expresión lingüística.

Desde luego, para sonrojo socialista y de su famosa Ley, la enseñanza pública ha tocado fondo en detrimento de la enseñanza privada que logra cotas mucho más interesantes de eficacia.

Posiblemente los socialistas toda ésto lo  borren de esa memoria histórica que manipulan y en el futuro el Informe PISA surja como algo que han inventado ellos y la posición de España se encuentre en el puesto de Finlandia.

6/12/07

Alvamar